sábado, 3 de mayo de 2014

Ética a Nicómaco de Aristóteles

Ética nicomáquea o Ética a Nicómaco (griego Ἠθικὰ Νικομάχεια, transliterado Ethika Nikomacheia; gen.: Ἠθικῶν Νικομαχείων, Ethikōn Nikomacheiōn; latín Ethica Nicomachea) es una obra de Aristóteles escrita en el siglo IV a. C. Se trata de uno de los primeros tratados conservados sobre ética y moral de la filosofía occidental, y sin duda el más completo de la ética aristotélica. Está compuesto por diez libros que se consideran basados en notas sobre sus ponencias magistrales en el Liceo. La obra abarca un análisis de la relación del carácter y la inteligencia con la felicidad. Junto con el mensaje bíblico judeocristiano, constituye uno de los pilares fundamentales sobre los que posteriormente se erigió la ética occidental.

La Ética nicomáquea (conocida también como Ética a Nicómaco) es el primer tratado sistemático sobre la ética. Antes que él, Platón había abordado el tema en diversas obras, como el Protágoras, la República, el Filebo y en otros Diálogos, pero no con una modalidad tan sistemática. Otros filósofos contemporáneos a Aristóteles se mencionan en la presente obra, como por ejemplo Espeusipo y Eudoxio, de quien Aristóteles toma su definición de bien.
Como Platón y Sócrates, Aristóteles sostiene que la virtud lleva a la felicidad y esa es la base de la ética. A diferencia de Platón y Sócrates, Aristóteles enseña que la virtud no viene directamente del conocimiento, sino que requiere el hábito, que la felicidad no es un estado sino una actividad, y que el placer no es la felicidad sino una consecuencia de la virtud. Hay que destacar especialmente que el hombre tiene un fin en sí que proviene de su propia naturaleza racional, y que no es absorbido por los fines del Estado, sino que al contrario «individuo» y «estado», respecto de sus fines, coinciden. Aquí está la clave de lectura de la ética de Aristóteles: la finalidad del acto humano. Todo acto tiene un fin, que es la felicidad, pero se puede buscar este fin en diversas cosas. Aristóteles muestra que el fin ha de ser específico del hombre, y esto es la contemplación, a la cual ayuda la virtud necesariamente, pues la virtud busca el medio que le da la recta razón del individuo. La contemplación es el acto más autosuficiente y estable y para la plena felicidad requiere también el placer.1 Un aspecto que entra en juego y que no se resuelve del todo directamente en el capítulo 7 del libro X es la inmortalidad, a la que Aristóteles alude varias veces en otras partes también.2
El método de Aristóteles también difiere del de Platón, pues define claramente desde el inicio qué quiere hacer, propone argumentos en contra, muestra algunas dificultades y luego las resuelve. Es importante recordar que las obras de Aristóteles no eran libros destinados a la publicación sino más bien manuales, apuntes destinados a la enseñanza, o recordatorios para la enseñanza en el Liceo.
Dentro de las obras de Aristóteles, la Ética nicomáquea es de las últimas. Como Platón, había escrito en su juventud muchos diálogos y todos se han perdido. Ciertamente viene después de los tratados de lógica, pues menciona los Analíticos en VI, 3. Asimismo, Sobre el alma muestra un pensamiento menos preciso del alma que la presente obra, por lo que se cree que había sido elaborada con anterioridad. La Política viene después, pues X,9 la prepara directamente, en base VIII-IX, que versan sobre la amistad. Hay otra obra espuria sobre la ética, la Magna Moralia y una obra semejante pero probablemente previa, la Ética eudemia.

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ivoox parte 2
ivoox parte 3

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